El texto que presenta el catálogo de la muestra Naturalezas vivas, del artista venezolano José Antonio Dávila (n. 1935), es un valioso documento escrito por Antonio Arráiz (n. 1947). El análisis reflexivo en torno a su obra propone una nueva forma de ver la producción de Dávila a través de los comentarios del poeta y crítico de arte trayendo a la luz el entusiasmo que el texto transmite en cada observación. Sobre la obra anterior a la serie de 1985, Arráiz plantea cuestionamientos que reflejan lo que representa la obra: el lugar del hombre moderno en el mundo frente a la máquina y la sociedad, amén de las transformaciones de la realidad vinculadas al mundo interior y la memoria. Arráiz comenta tanto la técnica como la precisión fotográfica que muestran los temas, haciendo hincapié en ubicar al hombre en el mundo.
Arráiz observa que, en la década de los ochenta, su proceso pictórico evolutivo responde a una serie de inquietudes que van desde la técnica hasta el complejo mundo representado en sus óleos. De esta manera, lo vincula con artistas de comienzos del siglo XX como Giorgio de Chirico, o del siglo XVII español como Francisco de Zurbarán, así como con los pintores flamencos del siglo XVII cuando habla de las naturalezas muertas y su simbología. A lo largo del ensayo, se pone énfasis en la calidad técnica y la vocación que transmite artísticamente un mensaje vía símbolos (universales y personales) sugeridos en sus obras.
Trátase de un documento completísimo, a través del cual se conoce a profundidad la obra de Dávila situándolo, incuestionablemente, en un lugar de la pintura venezolana del siglo XX.