Uno de los temas más tratados en la ensayística de Arturo Uslar Pietri (1906–2001) fue el significado y singularidad de América Latina. En esta versión de su conferencia remarca el carácter fundamentalmente mestizo de la cultura latinoamericana y cómo, a pesar de su pertenencia a la civilización Occidental, ésta ha logrado mantener un discurso artístico, literario y sociopolítico sui géneris, a resultas de condicionamientos espaciales y temporales. Entre las ideas que retoma con visos de originalidad, el escritor venezolano estaría el que el pensamiento utopista europeo tuvo su origen en una de las cartas de Colón a los Reyes Católicos, según la cual los indígenas no conocían el mal y vivían felices. Esto no es sino otra de las proyecciones míticas de los europeos sobre un continente que no lograban descifrar, y ésta puede remontarse a los antiguos griegos que idealizaron la Atlántida y tantos otros mitos en torno a la Edad de Oro. Otra tesis polémica de Uslar Pietri es su propuesta del “caudillismo” como único aporte original al mundo. Reafirma la importancia que el descubrimiento tuvo para parte del desarrollo de la civilización occidental (elementos como la papa, los metales preciosos, la Utopía…). Sin duda, el autor se revela en esta conferencia como un intelectual con pleno dominio de la oratoria, cautivadora del público culto, y algunas de sus posturas ideológicas —muy combatidas en las décadas de los sesenta y setenta desde la perspectiva de izquierdas— han venido a ser aceptadas sólo en función de una amplitud democrática. El apoyo del autor a un neoacadémico del mestizaje (como el propuesto por Pedro Centeno Vallenilla) patentiza que esta defensa de opciones artísticas tan opuestas, no contradecía su concepto de una América Latina de raigambre occidental, aunque de características mestizas, producto del encuentro de tres culturas, más que de tres razas.