El escritor venezolano José Balza (n. 1939) hace un recorrido bucólico por los primeros años de formación de Pedro Barreto (1935–2008), dando especial importancia al carácter cambiante del paisaje del río Orinoco. Balza, coterráneo de Barreto, comprende a la perfección la influencia de los paisajes en las márgenes ribereñas del delta de este impetuoso río, y asegura que han formado la personalidad serena del escultor, moldeando su particular estilo. Considera vital para la amplia comprención del artista, la manera de como su padre, carpintero de profesión, logró inculcarle el amor por el trabajo con la madera, llegando el artista a desarrollar un vínculo personal con el material. En el texto, Balza concibe su creación artística como totalidad cambiante, donde se abandona y retoma el discurso estético constantemente; un punto de partida que unifica su trayectoria. Balza ve a Barreto como heredero de la tradición ceramista indígena y de los tallistas coloniales. Es una de las biografías más completas escritas sobre el escultor, dado que se remonta a los orígenes del artista para descubrir factores característicos de su percepción estética actual. Este ensayo, correspondiente al catálogo de la muestra del mismo nombre presentada en la GAN (Galería de Arte Nacional) en 1979, fue recogido años más tarde en la antología Análogo, Simultáneo (Caracas: GAN 1983).