En 1989, Víctor Hugo Irazábal (n. 1945) iniciaba su indagación plástica sobre el territorio venezolano de Amazonas, a raíz de su participación en la muestra colectiva Amazonia III. Su interés en el ámbito geográfico y natural es definitorio de identidad estética, llevándolo a plantearse el Proyecto Amazonia en 1991, año en que se trasladó a la hoya amazónica procurando reconstruir el recorrido de Alexander von Humboldt por esos parajes dos siglos antes. En el año de 1995, continuó sus itinerarios por las regiones fronterizas de Venezuela, Brasil y Colombia, en una experiencia que consolidó su lenguaje tanto pictórico como objetual. El texto fue recogido en el libro Amazonia. Apuntes de la inmensidad, querefleja la vivencia del artista —a través de su propia voz— en su contacto con el territorio geográfico y humano de la selva amazónica. A lo largo de su relato, se entrecruzan los principales problemas plásticos que Irazábal desarrollaría en sus series, a raíz de su contacto con determinadas etnias amazónicas; o sus impresiones personales sobre las tendencias dominantes del mercado artístico frente a la funcionalidad primigenia de todo objeto. La presencia del paisaje en su reflexión interior constituye una sola voz con respecto al proceso creativo y el viaje. Uno de los aportes notables de Irazábal es la apreciación de la cualidad gráfica en las manifestaciones ya sea de pintura corporal o de cestería indígena. Ocurre, así, un diálogo entre las disciplinas del diseño, la riqueza visual del imaginario amazónico y la posibilidad de reelaborarlas por parte del artista.
Del mismo modo, el texto entra en el género “cuadernos de viaje”, del cual pueden encontrarse otros ejemplos en esa misma década, como son los casos de Corina Briceño o de Adrián Pujol.