En 1994, el Museo de Bellas Artes de Caracas organizó la muestra panorámica Mundos de Gonzalo Fonseca, sobre la trayectoria de este escultor uruguayo (1922?97). Bajo la curaduría de Iris Peruga, la muestra reunió obras realizadas entre los años sesenta y los ochenta, exponiendo el desarrollo coherente de su lenguaje plástico y diferentes tránsitos entre técnicas, materiales y géneros. El texto reflexiona sobre una actitud que, a juicio de Peruga, es necesaria para apreciar las obras de Fonseca, un heredero de los postulados del universalismo constructivo de Joaquín Torres-García. Fonseca funde recursos del arte moderno con la funcionalidad y lo discursivo de la imaginería arquetípica de los mundos primigenios. Con claras alusiones a la configuración de un espacio religioso, sus objetos operan como universos integrales pero manteniendo un vínculo con el mundo natural por la materialidad de sus soportes. Peruga ofrece un recorrido por las diferentes etapas de Fonseca, para articular la mirada sobre iconografía, materialidad y espacio, amén del consiguiente análisis formal de las obras. El resto del catálogo agrupa las piezas en las dos grandes categorías: “maderas” y “piedras”, desglosando en cada una diferentes modalidades y tipologías desarrolladas de acuerdo con la iconografía o los elementos arquitectónicos a los que hace referencia. Anteriormente, Fonseca había expuesto en el Museo de Bellas Artes de Caracas en dos oportunidades, 1974 y 1977.