El presente capítulo, del cual este documento constituye un apartado, es el único dedicado al arte venezolano en el libro La transestética postmoderna escrito por la artista venezolana Margot Römer (1938–2005). El tema es el arte de la posmodernidad en el mundo occidental, el conceptualismo y el arte de la instalación, cuyos orígenes sitúa en Marcel Duchamp, John Cage y Joseph Beuys. El libro se fundamenta en su tesis de grado (licenciatura en Educación) ante la Universidad Simón Rodríguez, en Caracas.
Römer fue una artista plástica además de docente, historiadora y crítica de arte. Fue fundadora y promotora de instituciones culturales y educativas; entre 1976 y 1982 dirigió la Sala Mendoza en la capital venezolana. Como artista, en 1972, define su lenguaje conceptual participando en las más importantes exposiciones y eventos de experiencia colectiva que reseña en esta parte del libro: Las sensaciones perdidas del hombre (1972); Para contribuir a la confusión general (1972) y Piel a piel (1973); las dos primeras mostradas en Caracas y la última en la XII Bienal de São Paulo, evento en el que también participó en 1981.
El texto de Römer es un registro cronológico comentando y describiendo obras o eventos más que un análisis crítico; rastrea artistas, obras y exposiciones “precursoras de la modalidad de la instalación” (investigados antes por otros autores) como, entre ellos, el Techo de la Ballena (1961?68), Impenetrable de Eugenio Espinoza (1973) o las acciones callejeras de Antonieta Sosa. Sin embargo, contiene información valiosa sobre eventos y movimientos poco conocidos o, incluso, estudiados: el Taller 12 del Inciba (1962); el Taller Arte Experimental (1969); o el Taller Metropolitano de Artes Visuales de Pedro Terán (1983), montado en su casa. Tales datos y anécdotas fueron registrados en primera fuente en conversaciones con los protagonistas.