El crítico, curador e historiador de arte Perán Erminy (1929–2018) realiza el prólogo a la primera muestra individual de Alberto Brandt (1924–70) que se organizó bajo el título de Alberto Brandt. Exposición de pinturas en el Centro Profesional del Este, en Caracas (1957). Posteriormente, Erminy se convirtió en uno de los principales especialistas de su obra, quien, a su juicio, se siente sorprendido ante los hallazgos pictóricos que realiza con la producción de Brandt, por el hecho de diferie radicalmente de la de sus contemporáneos en Venezuela. Siendo aún un “principiante”, Brandt carecía de originalidad en el aspecto formal; no obstante, sus piezas eran maduras e innovadoras conceptualmente. Dicha condición de colocarse siempre a la vanguardia la mantuvo de por vida, distinguiéndolo, sin duda, de los artistas de su generación. Muchos de los atributos que Erminy encuentra en la obra de Brandt en ese año de 1957, sólo serían vistos mucho después en generaciones posteriores, con algunos artistas de los cuales Brandt se asociaría temporal y libremente; ejemplo de ello son sus vínculos tanto con los integrantes de Sardio como con el grupo de El Techo de la Ballena.
En el catálogo de esta muestra escribe el artista, y su propósito es exponer en su meollo los objetivos perseguidos en la misma.