El 17 de septiembre de 1994 fallece la gran artista venezolana de origen alemán, Gego (Gertrud Goldschmidt, 1912–94). Los diarios nacionales publican numerosos artículos (obituarios) que rinden homenaje a la artista ya sea desde una mirada crítica y poética o bien desde una perspectiva histórica. En el presente escrito, el escritor y periodista Eloi Yagüe Jarque (nac. 1957) logra resumir acertadamente distintas fases de la artista: biografía, trayectoria, cambios en su lenguaje plástico a través del tiempo y su relevancia nacional e internacional. Se cuida en enumerar las exposiciones y premios más destacados. Llama la atención el título, en el cual le otorga a Gego una suerte de atributo propio y que la distingue dentro de nuestros grandes maestros contemporáneos al tildarla de la “Gran Tejedora”, expresión que define muy bien la obra, vida, y personalidad de una artista cuya obra se destacó por su genio, sencillez y libertad, más que por lo grandilocuente o lo monumental. El final del artículo de Yagüe Jarque, al llamar al lector a visitar “esas redes y urdimbres en las que podemos perdernos en este mismo instante, con sólo visitar la sala de la Reticulárea en la Galería de Arte Nacional. Sería el mejor homenaje a la artista que se fue, y a su obra que permanece”, leído con una mirada retrospectiva, podría interpretarse —aunque esa no fuera la intención periodística— como alerta para que no se descuide en el futuro la conservación, restauración y exhibición permanente de Reticulárea (1969). Paradójicamente, el mismo año de su muerte (1994), debido a filtraciones en la sala, la obra fue desmontada y permaneció en depósito hasta 1997, cuando es reinstalada por un equipo de especialistas de la GAN. En el momento en que esto se escribe, (febrero de 2012), la sala se encuentra cerrada y la obra necesita de nuevo y con urgencia ser restaurada. Uno de los proyectos que adelanta la Fundación Gego, en Caracas, con motivo de celebrarse en el 2012 el centenario del nacimiento de la artista, es la gestión ante las autoridades competentes de la cultura venezolana, para que se asuma, como tarea prioritaria, la restauración de la esta emblemática obra gueguiana. En estas circunstancias, cobran vigencia las palabras de Yagüe Jarque, externadas en 1994: “…sería el mejor homenaje a la artista que se fue y a su obra que permanece”.