Gabriela Rangel (nac. 1963), gerente cultural, crítico y curadora venezolana, escribe este ensayo (2003) para una pequeña exposición de Gego (Gertrud Goldschmidt, 1912–94) en la Galería Sicardi de Houston. Aborda temas variados que pueden incentivar a nuevos públicos a la obra de Gego, la artista venezolana de origen alemán. En ellos describe los rasgos fundamentales de sus obras, haciendo referencia a las analogías y diferencias que algunos autores han hecho entre el caso de Gego y el de Frida Kahlo, por el hecho de ser originalmente descendientes de la inmigración europea a Latinoamérica, y tanto por la coincidencia generacional como con el éxito repentino que en cierta medida coincide; esto sin dejar de tomar en cuenta las marcadas y opuestas estéticas, la vida y obra, etcétera. Rangel se ocupa, asimismo, del tema del lugar que ocupa Gego en el desarrollo del arte abstracto venezolano durante la segunda mitad del siglo XX, fungiendo de contrafigura del arte cinético y de aquellos artistas que proponen, en sus obras, una noción de progreso. De ese modo se detalla un momento clave y la forma como se produce la repentina internacionalización de la obra de Gego, instituciones (públicas o privadas) y actores que están en juego en ese momento. La situación económica de Venezuela, la exposición en el Museo de Bellas Artes de Caracas curada por Iris Peruga, posteriormente la del Museo de Bellas Artes de Houston, y el tema del mercado del arte en relación a la obra gueguiana. Su cita de textos de autores venezolanos y extranjeros (a partir del año 2000), es muestra de que, paralelamente a la revalorización de Gego en el universo expositivo internacional y en el mundo del coleccionismo (surgida a partir del texto de Iris Peruga), hay un renacer del pensamiento crítico en torno a la artista, de carácter más profundo y especializado. Rangel es actual directora del programa de artes visuales de la Americas Society de Nueva York, institución antes conocida como Center for Inter-American Relations (CIAR), local donde, en noviembre de 1969, había sido montada la Reticulárea de Gego.