Empresario y mecenas del arte, de origen checo y radicado en Venezuela, Hans Neumann narra en este ensayo su propia visión de la obra “paracinética” de José María Cruxent (1911–2005). Extraído del catálogo de la exposición Obras Paracinéticas y presentada en 1966 en el Museo de Bellas Artes de Caracas, el texto constituye uno de los primeros acercamientos a su etapa cinética. Si bien ya había presentado esta propuesta de manera individual en diversos países, no es sino hasta esta exposición de 1966 cuando se presenta en Caracas. A pesar de haberse ubicado dentro de la corriente informalista venezolana (surgida a principios de los sesenta) en 1964, y tras haberse establecido en París, el arqueólogo y artista venezolano de origen catalán deja de lado el informalismo y experimenta con el cinetismo. Neumann se enfoca completamente en esta nueva faceta artística de Cruxent y no en su previa tendencia informalista. Aunque en ningún momento utilice el término acuñado de “paracinetismo”, el autor aborda los dos conceptos más representativos de este estilo: la luz artificial (eléctrica) y la búsqueda del efecto moiré. Neumann intenta, escuetamente, analizar los recursos utilizados por Cruxent, relacionando su obra con la de representantes de la corriente óptica y cinética: Agam, Vasarely, Soto y Cruz-Diez. Destaca también la lucha a la que se ha visto sometido Cruxent al intentar demostrar que no sólo es un arqueólogo, sino también un artista. Un fragmento de este texto de Neumann fue citado más tarde en el catálogo de la muestra José María Cruxent. Obras recientes. Cinética y Paracinética (Caracas: Galería Arte Moderno, 1974).