En el texto “Obra reciente: Oscar Machado”, la curadora Ruth Auerbach es enfática al destacar, en su crítica, la importancia de la obra escultórica de Oscar Machado, cuando afirma que es una escultura dispuesta a asumir los riesgos que plantea el futuro. Trátase de un documento que destaca los aspectos originales, y en cierta forma de reflexión conceptualista, sobre los materiales de la escultura tradicional, que Machado transfiere dentro del grupo de las nuevas generaciones de artistas; lo hace, sin abandonar el lenguaje escultórico y aprovechando los recursos espaciales del arte de la instalación. Auerbach señala que la obra machadiana se encuentra en proceso de cambio permanente; en ella, "la idea actúa como fluido sin pausa". Para la curadora, Machado “enriquece” la escultura que se hace en el país; sobre todo, lo considera un innovador; basta observar objetivamente, tanto la manera como domina la forma como la presencia en su objetos de una imaginada “arqueología del futuro”. Todo esto lo coloca a considerable distancia “del tratamiento tradicional de la escultura”. Según la autora, Machado representa una nueva forma de asumir la escultura en Venezuela. Y, más importante, lo realizado por Machado ha estado, a su juicio, en “consonancia con esa energía estimulante que se apoderó del arte durante la última década.” Este mismo texto fue publicado en diario El Universal el 21 de septiembre de 1990 bajo el título: “Oscar Machado: la nueva escultura en Venezuela". Según aparece en el catálogo original de la muestra en la Sala RG, fue reproducido en el catálogo/guía CCS-10, Arte venezolano actual (Caracas: Fundación Galería de Arte Nacional, 1993), p. 39.