El dibujante Juan Devéscovi fue una de las figuras más interesantes y (paradójicamente) menos conocidas de la vanguardia artística peruana de la década de veinte. No existen investigaciones detalladas sobre su trayectoria; sin embargo, fue ilustrador en diversas revistas limeñas dentro de la estilización modernista de la gráfica del momento. Hacia 1927, Devéscovi se trasladó a París en busca de mayores oportunidades laborales y estímulos artísticos, siguiendo la emigración de otros dibujantes del Perú, como Julio Málaga Grenet (1886 –1963), César Moro (1903–56) o Reynaldo Luza (1893–1978). Residente en la capital francesa, la actitud cosmopolita lo alineó a la estética de las vanguardias, Se relacionó con César Vallejo, Xavier Abril, los hermanos Ernesto (1897–1980) y Carlos More (1904–44), además de Juan Luis Velásquez (1903–70), entre otros. La muestra en la Maison de l’Amérique Latine incluía dibujos del primero y poemas del segundo, cuyo catálogo tuvo prólogos de Jean Cassou y André Warnod. Ambos relacionaron el primitivismo deliberado de sus obras con la plasmación de una esencia indígena latente, aunada a cierto automatismo de raigambre surrealista. Por tal motivo, Warnod vio en Devéscovi a uno de los primeros latinoamericanos en utilizar elementos del arte precolombino con una intencionalidad plenamente moderna. De hecho, César Vallejo (otro prologuista del catálogo) señaló afinidades entre su dibujo automático y obras de la colección de “art-brut” de Pierre Marie exhibidas en la Galería Vavin Raspail. En carta personal, Devéscovi tildó a sus dibujos de “porquerías (…) para llamar la atención” de la crítica parisina (apud Manuel Pantigoso, Pantigoso, fundador de los Independientes (Lima: URP, 2007), p. 81.