Este es el comentario de Juan Larrea a propósito de la exposición del pintor peruano Carlos More en el Hotel Bolívar de Lima, en agosto de 1931. Aunque gran parte de su trayectoria es aún desconocida, Carlos More constituye una interesante figura en la escena artística surandina peruana de la primera mitad del siglo XX. Como sus hermanos —los escritores Federico, Gonzalo o Ernesto More—, Carlos poseyó una notable formación intelectual que contrasta con el diletantismo de su obra plástica. Pese a ello, los intereses de este pintor y decorador lo alinearon de forma temprana con la “vanguardia” nacionalista peruana de la década de 1920. A mediados de esta década desarrolló una serie de proyectos en torno al aprovechamiento comercial de las tradiciones textiles indígenas, si bien puestas al servicio del revival precolombino en boga. En 1926, Carlos partió junto con su hermano Ernesto a Europa, donde vivieron años en estrecho contacto con la intelectualidad vanguardista hispanoamericana residente en París y Berlín. En aquel viaje, Carlos More conoció al poeta español Juan Larrea, quien poco después dedica elogioso comentario a la primera muestra del pintor en Lima (agosto de 1931). Fuera de lo encomiástico del texto, Larrea destacó su tratamiento tímidamente moderno del paisaje andino. En él veía una posible expresión pictórica “peruana” que viniera a suplantar al indigenismo pictórico. De hecho, More prefiguraba —aunque en forma asaz discreta— el espíritu formalista que asume la pintura local, en 1936, con el retorno de Ricardo Grau (1916–70) al Perú.