Nota periodística sobre el almuerzo realizado en homenaje al pintor José Sabogal con motivo del cierre de su exposición, realizada en la Sociedad Filarmónica (Lima, 1937). La amplia concurrencia –compuesta por círculos diplomáticos, sociales, artísticos, intelectuales y profesionales diversos-, confirma para el cronista el “general aprecio de que goza Sabogal personalmente y de la admiración que su obra ha despertado, tanto por su valor técnico fundamental cuanto por el espíritu peruanista que la alienta”. Las palabras de honor fueron pronunciadas por el pintor indigenista peruano Camilo Blas, quien expresó: “Dieciocho años hace que Sabogal, irrupcionando en el desvaído ambiente artístico de entonces, semicolonial y europeizante, nos trajo su ancha visión, su fina y penetrante compresión de lo nuestro […]. Por eso, adentrándose en el corazón mismo del rico venero nacional […] extrae Sabogal carácter y alquitarada esencia motivos; y nos señala […] el primer seguro derrotero para hacer realidad el anhelo siempre renovado y no logrado de realizar arte propio, arte genuinamente peruano”. Convicción, continuó Blas, que lo llevó a su vez a una lucha con el ambiente, con la incomprensión y el prejuicio tan enraizados en el medio, pero que sólo sirvió para templar y vigorizar su búsqueda de “nuevos matices y caminos para su expresión, y para su acción educadora, decisiva y fecunda”. Sabogal, por su parte, agradeció el homenaje señalando que “los dieciocho años de brega […] terminan hoy, con el amplio reconocimiento del público de Lima”, cerrando un período que se inició en 1919 con su exposición en Lima de pinturas del Cusco. La nueva etapa que empieza mañana, señaló asimismo Sabogal, “tendrá mayor alcance y sus proyecciones serán profundas, pues se inicia, con la cordial simpatía de mi país, expresada […] en este mutuo homenaje a las artes de todos los tiempos que han sido la esencia espiritual de los peruanos”. Culminó afirmando que con la nueva etapa “comienza la pintura mural”.