Reseña del intelectual Guillermo Salinas Cossío sobre la exposición de José Sabogal en la Sociedad Filarmónica (Lima, 1937). El autor del presente texto fue abogado y catedrático de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Allí se graduó con una tesis sobre derecho. Posteriormente desarrolló un especial interés por la filosofía y la estética, hasta hacerse cargo de la primera cátedra de Historia del Arte de esta institución. Vinculado al entorno artístico, escribió críticas de arte, participó en la elaboración de catálogos de exposiciones —entre ellas, la de pinturas de Francisco Laso (Lima: Sociedad “Entre Nous”, 1937)— y dictó conferencias como “La pintura italiana contemporánea” (publicada por el Instituto Cultural Ítalo Peruano, Lima, ca. 1930).
El indigenismo pictórico tuvo auge en el Perú entre las décadas de 1920 y 1940. Se inserta en un movimiento más amplio dentro de la sociedad peruana: la redefinición de la identidad nacional en función de componentes autóctonos. Si bien en determinados momentos estuvo abocado a la revaloración de “lo indígena” y de un pasado incaico, considerado glorioso, también asumió la defensa de una identidad mestiza como integración de “lo nativo” y “lo hispánico”. El principal ideólogo y líder indiscutido del indigenismo en las artes plásticas fue José Sabogal (1888–1956), para cuyo profundo sentido de “lo raigal” influyeron decisivamente las tendencias regionalistas en el arte de España (Ignacio Zuloaga [1870–1945], entre otros) y en la Argentina (Jorge Bermúdez [1883–1926], por mencionar uno); países en lo que Sabogal pasó largos años formativos. Al volver al Perú, a finales de 1918, se instaló en el Cusco, donde pintó cerca de cuarenta óleos sobre personajes y vistas de esta ciudad, luego exhibidos en Lima (1919). Tal exposición se considera como el inicio formal del indigenismo pictórico en el Perú. Su segunda muestra individual limeña fue en las salas del Casino Español (1921), y con ella consolidó su prestigio. En 1920, Sabogal se integró a la plana docente de la nueva Escuela Nacional de Bellas Artes hasta asumir su dirección (1932–43). Allí formó a un grupo de pintores que se adhieren al movimiento indigenista como Julia Codesido, Alicia Bustamante (1905–68), Teresa Carvallo (1895–1988), Enrique Camino Brent (1909–60) y Camilo Blas (1903–85).