El presente artículo fue publicado, con motivo de esta exposición, en La Tribuna, órgano oficial del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), identificada sobre todo con el accionar político de Víctor Raúl Haya de la Torre (1895–1979). El texto se relaciona con el período más radical de esa organización (1930–39), marcado por la postulación de una revolución tanto antiimperialista como antioligárquica, capaz de remover a la burguesía de la dirección del país. En ese proyecto de incipiente cuño socialista, la conducción pasaría entonces a los sectores medios, encargados de encaminar a las clases obreras y trabajadoras. El autor del presente texto es el destacado intelectual peruano Luis Alberto Sánchez (1900–94), uno de principales líderes apristas y codirector de La Tribuna en sus primeros años de existencia. Posteriormente ostentó importantes cargos públicos como la presidencia del Senado, la vicepresidencia de la República y el de primer ministro del Perú.
En 1931 Sabogal realizó una exposición de veinte cuadros en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias Económicas del antiguo local de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Las obras exhibidas habían sido ejecutadas a lo largo de la década de 1920 y muchas de ellas fueron parte de la gran muestra que efectuó en Buenos Aires (1928), incluyendo telas emblemáticas de sus propuestas indigenistas como El Varayoc de Chinchero, La procesión del Taytacha Temblores o El gamonal.
El indigenismo pictórico tuvo auge en el Perú entre las décadas de 1920 y 1940. Se inserta en un movimiento más amplio dentro de la sociedad peruana: la redefinición de la identidad nacional en función de componentes autóctonos. Si bien en determinados momentos estuvo abocado a la revaloración de “lo indígena” y de un pasado incaico, considerado glorioso, también asumió la defensa de una identidad mestiza como integración de “lo nativo” y “lo hispánico”. El principal ideólogo y líder indiscutido del indigenismo en las artes plásticas fue José Sabogal (1888–1956), para cuyo profundo sentido de “lo raigal” influyeron decisivamente las tendencias regionalistas en el arte de España (Ignacio Zuloaga [1870–1945], entre otros) y en la Argentina (Jorge Bermúdez [1883–1926], por mencionar uno); países en lo que Sabogal pasó largos años formativos. Al volver al Perú, a finales de 1918, se instaló en el Cusco, donde pintó cerca de cuarenta óleos sobre personajes y vistas de esta ciudad, luego exhibidos en Lima (1919). Tal exposición se considera como el inicio formal del indigenismo pictórico en el Perú. Su segunda muestra individual limeña fue en las salas del Casino Español (1921), y con ella consolidó su prestigio. En 1920, Sabogal se integró a la plana docente de la nueva Escuela Nacional de Bellas Artes hasta asumir su dirección (1932–43). Allí formó a un grupo de pintores que se adhieren al movimiento indigenista como Julia Codesido, Alicia Bustamante (1905–68), Teresa Carvallo (1895–1988), Enrique Camino Brent (1909–60) y Camilo Blas (1903–85).