Artículo del periodista y crítico de arte Clodoaldo López Merino (con el pseudónimo de Clodo Aldo), sobre la exposición de xilografías del iniciador del indigenismo pictórico en el Perú, José Sabogal, en la Academia Nacional de Música Alcedo en Lima (1929).
Paralelamente al desarrollo de la pintura, Sabogal realizó una significativa producción de grabados en madera, técnica que se adaptaba perfectamente a los requerimientos expresivos de su obra. La importancia que le dio Sabogal se pone de manifiesto en el viaje que realiza a México (1923), en donde incentiva a los artistas a retomar el arte xilográfico. Su trabajo, en este medio, obtuvo su consagración en las muestras realizadas en Montevideo (1928), en Lima (1929) y en los Estados Unidos —Florida (1931 y 1934) y Nueva York (1933)—. Por otra parte, sus grabados ilustraron importantes publicaciones, entre las que destacan las carátulas realizadas para la revista Amauta (Lima, 1926–30) dirigida por José Carlos Mariátegui.
El indigenismo pictórico tuvo auge en el Perú entre las décadas de 1920 y 1940. Se inserta en un movimiento más amplio dentro de la sociedad peruana: la redefinición de la identidad nacional en función de componentes autóctonos. Si bien en determinados momentos estuvo abocado a la revaloración de “lo indígena” y de un pasado incaico, considerado glorioso, también asumió la defensa de una identidad mestiza como integración de “lo nativo” y “lo hispánico”. El principal ideólogo y líder indiscutido del indigenismo en las artes plásticas fue José Sabogal (1888–1956), para cuyo profundo sentido de “lo raigal” influyeron decisivamente las tendencias regionalistas en el arte de España (Ignacio Zuloaga [1870–1945], entre otros) y en la Argentina (Jorge Bermúdez [1883–1926], por mencionar uno); países en lo que Sabogal pasó largos años formativos. Al volver al Perú, a finales de 1918, se instaló en el Cusco, donde pintó cerca de cuarenta óleos sobre personajes y vistas de esta ciudad, luego exhibidos en Lima (1919). Tal exposición se considera como el inicio formal del indigenismo pictórico en el Perú. Su segunda muestra individual limeña fue en las salas del Casino Español (1921), y con ella consolidó su prestigio. En 1920, Sabogal se integró a la plana docente de la nueva Escuela Nacional de Bellas Artes hasta asumir su dirección (1932–43). Allí formó a un grupo de pintores que se adhieren al movimiento indigenista como Julia Codesido, Alicia Bustamante (1905–68), Teresa Carvallo (1895–1988), Enrique Camino Brent (1909–60) y Camilo Blas (1903–85).