El autor, José María Arguedas, realza la labor de la recientemente fallecida Alicia Bustamante, indicando que se formó “en el ambiente limeño conmovido por la influencia de [José Carlos] Mariátegui y las repercusiones de la revolución mexicana” en un contexto social donde “lo indio” era menospreciado. Bustamante formaba parte de una élite artística en la capital peruana convencida del gran aporte “indígena” y su anhelo era extender a la mayoría de la población una compresión cabal por este tipo de arte. De ahí la valía de su colección personal y de su esfuerzo por exhibirla tanto en Lima como en Europa. Pero más importante que esto, según Arguedas, fue su acercamiento a los artistas populares, convirtiéndose en “puente vivo entre los dos mundos culturales” inobjetablemente separados en el mismo país. Por lo tanto, tras su muerte, era indispensable que su colección quedara a cargo de la universidad del Estado.

Artículo del destacado escritor y antropólogo peruano José María Arguedas (1911–69) que realza la labor de la recientemente fallecida Alicia Bustamante. En su esfuerzo por encontrar el verdadero “arte peruano”, los pintores del movimiento indigenista no sólo usaron motivos locales en su propia producción, sino además iniciaron el estudio y revaloración de la plástica popular. Para ello viajaron por todo el país, poniéndose en contacto con los artífices nativos y mestizos, cuyos nombres y obras empezaron a dar a conocer en la capital del Perú. Una de las principales figuras en este sentido fue la pintora y pedagoga peruana Alicia Bustamante quien se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, teniendo como maestro al fundador del indigenismo pictórico José Sabogal (1888 –1956), quien influyó profundamente tanto en su obra plástica como en su interés por el arte popular. Si bien Bustamante realizó significativas muestras de sus pinturas —Viña del Mar (1937), Instituto Cultural Peruano Norteamericano de Lima (1944), La Paz (1944) y la Galería Lima (1956)—, su mayor aporte fue la promoción del arte popular entre los sectores urbanos, hecho decisivo para una nueva compresión de la plástica en el país. Bustamante trabajó al lado de Sabogal y un grupo de pintores indigenistas en el IAP (Instituto de Arte Peruano) del Museo Nacional, para estudiar el arte tradicional. Asimismo, formó la primera y una de las más importantes colecciones de arte popular peruano, la que era exhibida regularmente en la Peña Pancho Fierro (Lima, 1936–67), lugar de tertulias y debates sobre temas de política, literatura y arte, especialmente promovido por Bustamante. La frecuentaron importantes personalidades que seguían paradigmas indigenistas, y otras identificadas con el desarrollo de las vanguardias en el Perú: César Moro (1903–56), Fernando de Szyszlo (n. 1925) y Jorge Eduardo Eielson (n. 1924), entre otros. A la muerte de Bustamante en 1968 y siguiendo su voluntad, un conjunto importante de la colección fue donado al Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima) y otro a la Galería Latinoamericana de la Casa de las Américas en La Habana (Cuba). [Como lectura complementaria sobre la artista, consúltense en el archivo digital ICAA, los textos: “En la cultura: homenaje a Alicia Bustamante, la madrina del arte popular”, de Winston Orillo (doc. no. 1139542); “De arte: la exposición pictórica de Alicia Bustamante”, de M.F.F.I. (doc. no. 1139459); y “La exposición de paisajes de Alicia Bustamante”, de C. R. (doc. no. 1139476)].