Eduardo Ospina S. J. (1891−1965) fue un crítico de arte cuya relevancia en la esfera artística colombiana del siglo XX es poco conocida y escasamente estudiada en la actualidad. Sin embargo, en las primeras décadas del siglo XX, su opinión tuvo incidencia en el medio del arte del país, si se recuerda su participación como jurado calificador del II Salón Nacional de Artistas y su desempeño como director de la sección Paginas Artísticas de la Revista Javeriana.
Hay que considerar que Ospina inició estudios superiores en Oña, cerca de Burgos (España), los cuales concluyó en el Instituto Filosófico-Teológico de los jesuitas alemanes en Valkenburg aan de Geul (Países Bajos). De 1925 a 1927, Ospina obtuvo su Diplomado en Filosofía en la ciudad de Múnich (Baviera). Con ello se convirtió en uno de los pocos estudiosos del arte en Colombia que contaban con formación académica en Estética y se dedicaban a escribir sobre arte en su momento. El documento es extremamente pertinente en la medida que realiza un análisis meticuloso de la obra, siendo el examen producto de una labor de investigador rigurosa que integra aspectos de distintas disciplinas. Entre estos estudios, se destaca un estudio iconográfico, muy poco utilizado en Colombia a principios del siglo XX.
Más allá de definir si el cuadro pertenecía al Durero o no, es de gran interés observar cómo, desde Colombia, se hacían visibles investigaciones minuciosas sobre aspectos formales; detalles poco recurrentes en el medio del arte durante la época en que escribe el autor.