Al estudiar la vida y obra del crítico de arte austriaco Walter Engel (1908–2005), esta carta constituye un documento fundamental. Es el único de carácter autobiográfico que se conoce de este personaje intelectual, desembarcado en Colombia (1938) con su esposa Herta Weinmann. Engel trabajó en empresas de importación y exportación de manera paralela a su actividad como crítico, y abandonó finalmente el país, en 1965, para establecerse en Toronto (Canadá), donde falleció cuarenta años más tarde.
Cabe señalar que su actividad crítica la realiza por amor al arte; su subsistencia y la de su familia se la gana “en honrado trabajo comercial”. Según lo investigado por Siglinde Bolbecher sobre la emigración austriaca a Colombia, la situación social de los refugiados que llegaron al país entre 1938 y 1939 —– fue muy difícil debido a que habían perdido sus derechos civiles, fortuna y trabajo, tras escapar de los campos de concentración creados por el régimen fascista de Adolfo Hitler — los Nazis habían hecho el Anschluß de Austria, anexándola. Aquellos que encontraron un puesto de trabajo en la industria y pequeña industria, tuvieron que aprender a vivir con los sueldos bajos habituales en el país [consúltese el libro Qué lejos está Viena: Latinoamérica como lugar de exilio de escritores y artistas austriacos, (Viena, 1995)].
En cuanto a su formación, la carta revela los dos personajes que fueron determinantes para Engel en su educación artística: los artistas Joseph Floch (1895–1977) y Ludwig Heinrich Jungnickel (1881–1965). El primero vivió en los Estados Unidos desde 1941, siendo conocido por sus paisajes y retratos modernistas; además, fue docente de la Academia Nacional de Diseño de los Estados Unidos. El segundo fue artista gráfico e ilustrador, cercano al movimiento expresionista austriaco, conocido como pintor de animales y por trabajar con Gustav Klimt en la decoración del Palacio Stoclet, en Bruselas (Bélgica).
Aunque Engel abandonó Colombia en 1965, no se desligó del todo del arte colombiano. En 1968, fundó en Toronto la Walter Engel Gallery, por medio de la cual buscó difundir el arte latinoamericano y canadiense, así como artistas canadienses de origen indígena. Realizó exposiciones de la obra de artistas colombianos como Guillermo Silva Sanz de Santamaría (1921–2007), Roman Roncancio (n. 1940) y Fernando Botero (n. 1932). En diciembre de 2009, sus descendientes donaron parte de su archivo personal a la Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá, Colombia).