El texto de Jorge Moreno Clavijo (n. 1921) es significativo. Presenta la primera exposición individual (1961) del artista colombiano Álvaro Herrán (1937−97), a los 24 años de edad, en la Sociedad Económica de Amigos del País. El crítico evidencia cómo se nota que, hacia 1961, la recepción del informalismo se produjo a través de exposiciones en la Galería Buchholz, como esta y como la del español radicado en Caracas Ángel Luque. Luque hacía parte de un grupo de artistas que empleaba texturas para crear espesor influido, en su caso, por Antoni Tàpies (n. 1923), el pintor catalán. En su célebre ensayo “La resistencia” (1973), Marta Traba señaló que entre las décadas de cincuenta y sesenta existió, en la pintura abstracta latinoamericana, una corriente informalista que empleaba gruesos empastes, y justamente entre los citados se encuentra Luque. No obstante, Traba criticó cierto “truquismo informalista” de algunos artistas de América Latina, mientras Tàpies producía, a su juicio, una obra “enormemente imaginativa” [Traba, Marta. Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latinoamericanas, 1950-1970 (Bogotá: Sigloveintiuno, 2005)].
Hacia 1966, Marta Traba (1923−83) catalogó a Herrán como “el primer informalista”; el primero que se aventuró a combinar gruesos empastes con arpilleras, cuerdas y materiales sintéticos además de ser pionero en la ejecución de murales con tubos de metal.
El dibujante Jorge Moreno Clavijo estudió en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá. Desde finales de los años treinta colaboró en la prensa escrita con caricaturas y crónicas. Entre 1959 y 1964, mantuvo una columna de crítica de arte en la página cultural del diario El Tiempo. Era habitual que el periódico acompañara la nota con una caricatura suya.