El artículo del periodista cultural José Hernández (n. 1955) en pocas líneas muestra la trayectoria artística de Antonio Barrera (1948−90), pintor fallecido en Paris recientemente. La nota es relevante porque incluye apartes de una entrevista inédita haciendo presente la voz de Barrera mediante sus reflexiones sobre el artista y la naturaleza.
Barrera era egresado de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia y, desde 1974, expuso regularmente pinturas atmosféricas de paisajes en algunos casos casi desprovistos de vegetación. En esa época, este género era marginal a las tendencias del arte. Para Barrera el paisaje siempre subsistió como tema en el siglo XX, e incluso sirvió como punto de partida de composiciones geométricas del arte abstracto. En los años setenta, el joven pintor colombiano renovó la escena tradicional de paisajistas con obras que recuerdan el expresionismo abstracto de Mark Rothko (1903−70) por sus exploraciones no-figurativas del lugar natural. Antes de su viaje a Europa, Barrera se interesó fundamentalmente por las brumas representadas en los cuadros de Gonzalo Ariza (1912−95). Cosechó éxito comercial, como asegura José Hernández, lo que provocó, a juicio de la crítica de arte Marta Traba (1923–83), que su obra descendiera en calidad debido a la demanda que le exigía representaciones más convencionales. En 1979, Barrera se radicó en Paris comenzando una nueva etapa evocativa de los paisajes de la Sabana de Bogotá relacionados con su estado interior; en sus propias palabras: “conozco mejor Colombia desde que vivo en Paris”. Estas obras de los años ochenta, aquellas que contenían fuerte carga nostálgica, lograron el beneplácito de la crítica ratificando la vocación poética del pintor paisajista.
José Hernández ganó reconocimiento cuando se desempeñó como editor del diario El Tiempo publicando en las páginas culturales las columnas de crítica de Carolina Ponce León (n. 1957) y José Hernán Aguilar (n. 1952). Entre 1997, participó de Espacio Vacío (1997−2002) con los artistas Jaime Iregui (n. 1956) y Carlos Salas (n. 1957), espacio de exposición y debate para la escena artística bogotana.