Con el artículo “¿Un arte religioso?” (1978), Juan Gustavo Cobo Borda (n. 1948) presenta la exposición Vellojín: Dolorosos, Sudarios, Esquelas, Estandartes (inaugurada el 10 de mayo de 1978) de la Galería Garcés Velásquez (Bogotá). En la ocasión se muestran series abstractas del artista Manolo Vellojín (n. 1943); obras que en la actualidad se consideran fundamentales en su trayectoria artística debido a la consolidación del tema religioso, el ascetismo y perfección de las composiciones. Inclusive la simplificación de elementos del ritual litúrgico, a tal punto, que sólo lo insinúa con el pliegue de la tela.
Manolo Vellojín es uno de los más importantes exponentes de la abstracción en Colombia. Su obra trasciende la mera formalidad en pos de búsquedas introspectivas; sus pinturas se caracterizan por un grado de perfección, una impecable factura que hace pensar en un paciente y “doloroso” tiempo de ejecución de sus pinturas.
En el arte colombiano de la segunda mitad del siglo XX varios artistas se interesaron por el tema religioso desde una perspectiva paródica de la realidad, como se puede apreciar en la obra de los artistas Juan Camilo Uribe (1945-2005) y Beatriz González (n. 1938). La obra de Vellojín se sitúa en un lado totalmente contrario pues sus referencias históricas y místicas tendrían su origen tanto en el Románico como en los códices medievales.
El artículo se publicó en la Re-Vista del Arte y la Arquitectura en Colombia del crítico, galerista y curador de arte Alberto Sierra (n. 1944), revista que divulgó artículos sobre la escena artística nacional (entre 1978 y 1981) que en la actualidad son de obligada consulta.