Este artículo denota la labor del crítico de arte José Hernán Aguilar (n. 1952) como filtro cultural de la década de los ochenta. Era preciso destacar y separar la obra de algunos artistas —en medio de la plagada producción artística de esos años (sobre todo de pintura)—, dedicada a satisfacer las necesidades del mercado durante la ebullición del narcotráfico, y del consecuente lavado de dinero, en Colombia. A partir de esta década, precisamente, es cuando se resalta la disciplinada contundencia de la obra del pintor Carlos Salas (n. 1957) hasta la siguiente década de los noventa. Así, Aguilar lo aparta del mencionado aumento de un arte que, de manera incuestionable, era conveniente y oportunista.
Aguilar desarrolla también un análisis detenido de esta muestra, dotando de un marco conceptual a la obra de Salas; al mismo tiempo que va equiparándola a la idea de “deconstrucción” de Jacques Derrida (1930–2004), el filósofo francés. Aunque Aguilar no profundiza en el concepto en sí y lo usa casi literalmente, de algún modo indica el proceso de investigación constante que lleva este artista. Asimismo, Aguilar compara el cuadro de Salas El origen de la apariencia con las Ninfeas o Nenúfares impresionistas de Claude Monet (1840–1936). Destaca la precisión y habilidad con que aplica el color; acentúa la capacidad autocrítica del pintor colombiano que se revela en sus composiciones, de telas sobre otras telas, como si fueran repasos continuos de esa labor “deconstructiva”. Según el crítico, con esta reflexión constante dentro de su producción, se supera cualquier pretensión de encasillar a Salas en la idea de que usa la abstracción como una fórmula que carece de profundidad.
José Hernán Aguilar se destaca en el campo como uno de los pocos críticos de arte que revisó, de manera rigurosa, el fenómeno del resurgimiento de la pintura en la década de los ochenta en relación con las teorías de la posmodernidad. Uno de los teóricos que influyó notoriamente en su pensamiento fue precisamente Derrida, en especial con su concepto de la “deconstrucción”. Los textos de Aguilar se destacan por su concentrada mirada de los problemas tanto de articulación como de los acercamientos a la idea de montaje desarrollados vía lenguaje pictórico, tal vez por la marcada influencia de “lo audiovisual” en su discurso crítico sobre las artes visuales de hoy.