El presente texto, escrito por el artista colombiano Marco Ospina (1912−83), está incluido en el catálogo de la exposición de pinturas abstractas de Armando Villegas (1926–2013) en la Galería El Callejón en Bogotá. La muestra hace parte de las primeras apariciones en las que el artista colombiano presentó su obra pictórica, luego de haber concluido sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima y en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Bogotá. En estos primeros certámenes se dio a conocer como parte de una generación que reformula valores estéticos a través de la experimentación con las propiedades formales de la pintura y la escultura. En el caso de Villegas —como otros entre los cuales se puede nombrar a Eduardo Ramírez Villamizar (1923−2004), Judith Márquez (1925–94) y Luis Fernando Robles (n. 1933)—, este proceso se dio a conocer con propuestas abstractas. En ellas se ponen en evidencia intentos de interpretación de la realidad mediante síntesis de las formas y juegos cromáticos y compositivos.
Es posible encontrar en este escrito la faceta de escritor de Ospina, quien, en aquellos años, se le reconocía por una obra abstracta que enfatiza los valores enunciados. Con ideas como las que pone de manifiesto, Ospina apoya el trabajo de sus colegas y solicita la educación visual del público que enfrentará a la nueva producción artística y que debe desprenderse de la expectativa de que el arte, simplemente, imita y narra la realidad.