Libia Posada Restrepo (n. 1959) establece un cruzamiento entre el arte y la medicina a partir de sus propuestas visuales. Ser conocedora de ambas disciplinas le permite encontrar soluciones formales en sus trabajos que logran impactar, no sólo por los alcances en términos de visualidad, sino por los motivos que trata. Su condición de médico cirujano, artista y mujer, se descubre en su obra; en Re –tratos, el tema de “lo femenino” es explorado cáusticamente. La sutileza de la típica fotografía del rostro de una mujer se rompe con la huella del golpe propiciado; hay algo que impacta en la imagen y que perturba al espectador.
A manera de testimonio, Posada narra en su texto que, para realizar su obra, partió de hechos reales, tal como lo hizo en Evidencia Cínica (2006). En aquel proyecto trabajó con cincuenta mujeres de la ciudad de Medellín con antecedentes de maltrato físico. De esta forma, Posada reflexiona sobre las circunstancias que aún permiten ocultar la realidad de mujeres maltratadas físicamente al interior de sus hogares. El espectador es incomodado ante fotografías que lo sacan de lo previsible de la representación clásica del retrato femenino, siempre presente en el arte académico como bello, pasivo o erótico.
El texto de Posada destaca por acercarse a su obra artística desde los conocimientos científicos y por evidenciar, también, aquellos ámbitos sociales relacionados con un cuerpo inválido, con los instrumentos hospitalarios. Prevalece la frialdad de sus espacios y el desplazamiento del individuo afectado físicamente por la tortura, la fragmentación corporal o la agresión psíquica. El desempeño artístico de Posada se desarrolla paralelo a la violencia no denunciada, a la ironía, a la sustitución de piezas o partes del cuerpo, conformando así una visión médica y expresiva, sin duda única dentro de la plástica colombiana.