En la entrevista realizada por Héctor Muñoz, el periodista presenta a Mejía ganador del Salón Nacional como una personalidad novedosa capaz de ganar un importante premio sin haber estudiado académicamente. Una característica que se enfatiza en el comienzo de la entrevista con el propósito de crear un marco referencial sobre un artista que, hasta el momento, no era del todo reconocido como pintor joven promisorio en Colombia. La entrevista procura, por un lado, conocer las opiniones de un artista que, gracias al premio, ha llevado la atención del público y conocedores hacia su pintura (en temas clásicos del arte como la belleza, la revolución del arte, y lo que necesita un artista para crear); y, por otro lado, insiste en explorar el tema de la pintura colombiana y latinoamericana (temática con la que más estaba familiarizado Mejía debido a su estancia, de 1959 a 1964, en Europa).
Interesa aquí analizar cómo el periodista prefiere dirigir la entrevista hacia esta rama regional, en vez de concentrarse exclusivamente en la pintura neofigurativa de Mejía. Esto pudo darse por dos razones: el desconocimiento del periodista sobre su obra, los términos formales de la pintura de Mejía y su historia o la posible desconfianza en la obra “novedosa y única” del cartagenero, como varios críticos la calificaron.
Desde esta perspectiva se percibe la decisión del periodista por no adentrarse demasiado en el universo pictórico de un artista, Mejía, quien sólo entonces empezaba a obtener reconocimiento. Opta por temas más generales que no permiten entender del todo la compleja personalidad de Mejía al esbozar una idea del pintor muy por encima de sus posiciones con respecto a la pintura.