En el artículo “Crítica destructiva”, Germán Rubiano enfatiza su perspectiva de historiador y crítico en contra de los comentarios periodísticos en torno al Salón Nacional de Artistas en su XIX edición (1967). Rubiano califica de destructivas las críticas externadas por atacar con mordacidad a los artistas, sin estimular a ninguno, desviando al público con sus ideas. Destaca como un problema básico el que sean personas no especializadas en las artes visuales quienes escriben sobre el tema. Junto a lo anterior, el autor expone ideas opuestas a las expresadas por los periodistas. En particular, Rubiano defiende la calidad de las obras del Salón a partir de adjudicar la posible participación de éstas en un plano internacional. Así mismo, a través del ejemplo de una bienal internacional afirma la idoneidad del jurado y del premio de ese año —entregado por tercera vez al escultor Édgar Negret. Por otra parte, Rubiano apoya la continuidad del certamen, sin que se deban plantear normas excluyentes de los artistas consolidados y de los que ya han ganado premios.

Éste artículo del historiador y crítico de arte Germán Rubiano (n. 1938) se produce en el contexto de la discusión generada a raíz de la realización en Colombia del Salón Nacional de Artistas de 1967, la cual giró, principalmente, alrededor de dos sucesos controversiales a losqueperiodistas de diferentes medios de comunicación dieron atención: en primer lugar, el artista Édgar Negret (n. 1920) ganó el premio principal del Salón por tercera vez, asunto que generó cuestionamientos de todo tipo. Sobre todo respecto a que el Salón no tuviera un mecanismo que impidiera a los artistas consolidados ganar el premio varias veces, a pesar de que funcionara en detrimento del certamen y de los artistas. Más aún, una obra de Beatriz González (n. 1938) —la cual satirizaba la figura de un prócer de la independencia utilizando la silueta de una pintura de la época de la República— fue merecedora de una denuncia pública de fraude; hecho que incentivó la división de posiciones entre defensores de la obra y defensores de la denuncia. Acompañando la discusión ocasionada por ambos sucesos se publicaron textos periodísticos que, sin fundamentos sólidos, atacaron el Salón y algunas de las obras presentes en el evento.   

En tal contexto, el artículo de Rubiano resulta importante en cuanto representa la defensa del Salón en palabras de un escritor especializado en el tema y activo en el ambiente académico. El arte moderno es entendido por él como un arte ceñido a búsquedas de desarrollo artístico; a su vez, atadas a la innovación, a la búsqueda de fines plásticos como organismo autónomo de la obra, donde se mantiene una dinámica apoyada en la información de las revistas internacionales provenientes de Europa y Estados Unidos. Al prefigurar la labor del artista, del crítico y del historiador, dentro de esa idea de arte internacional, de búsquedas, de innovación y de fines internos del arte, Rubiano ataca la credibilidad de los comentarios de los periodistas. 

Germán Rubiano Caballero es historiador del arte. Se ha destacado como docente e investigador en el campo de las artes plásticas. Dentro de sus muchas publicaciones se destacan: Escultura colombiana del siglo XX (1983), Arte de América Latina: 1981–2000 (2001) y los capítulos que escribió para la enciclopedia de Salvat de Historia del Arte Colombiano, entre otros. Produce, además, un prolífico trabajo como crítico de arte en la revista Arte en Colombia.