El narcotráfico, por su carácter ilegal, tiene una relación estrecha con la violencia. La producción artística de la década de ochenta estuvo fuertemente ligada a este fenómeno social y, por eso mismo, las creaciones de este período plantearon una visión múltiple del conflicto. Multiplicidad que se dio en la forma en que cada artista decidió representar o aludir a los acontecimientos. Cabe anotar que, entre 1980 y 1990, entran en Colombia lenguajes plásticos no convencionales con los que se inicia una etapa de experimentación que va a ser definitiva en las formas tanto de hacer arte como de exhibirlo. La era del narcotráfico es para el país una de las más sangrientas y desmedidas; por lo mismo, aparece como un relato permanente cuando se hace referencia a la historia local de la segunda mitad del siglo XX, yendo a repercutir en el arte de las décadas posteriores; sin duda, los noventa estarán marcados por ese hecho. Es importante anotar que en los ochenta al narcotráfico se sumaron otras calamidades nacionales como la guerrilla, las fuerzas paramilitares y el sicariato.
En mayo de 1999, el Museo de Arte Moderno de Bogotá presentó Arte y violencia en Colombia desde 1948; exposición antológica que reunió 148 obras de 64 artistas colombianos. Así mismo, presentó un ciclo retrospectivo de cine, dos coloquios y un libro en el que se aborda la literatura, el cine, el teatro, amén de un ensayo histórico que analiza la relación arte-violencia en los últimos cincuenta años. El libro-catálogo de la exposición con curaduría de Álvaro Medina (n. 1942), brinda un panorama contextual donde se incluyen ensayos de Andrés Gaitán Tobar (n. 1966) artista y escritor de arte, Juan Manuel Roca (n. 1946) escritor y poeta, Enrique Pulecio, crítico de cine, y la profesora Cecilia Henríquez, entre otros.
Escritor, investigador, historiador y curador reconocido en el campo de las artes visuales, Medina ha publicado Procesos del arte en Colombia (1978) y El arte Colombiano de los años veinte y treinta (1984) dentro de sus libros más destacados. Es importante señalar que fue curador de la exposición para la que se escribió el texto reseñado.