El documento es importante por ser el único medio impreso de dominio público en el que el artista Alfonso Suárez Ciodaro tuvo la posibilidad de publicar la experiencia vital que suscitó la conformación de la pieza performática El Ribereño. El texto goza de la autoría del mismo artista; situación que lo diferencia de aquellos otros textos periodísticos donde simplemente se citan, de forma vaga, las palabras de Suárez sobre la acción, poniéndose en destaque más las preseas recibidas por el artista que a la obra. Con claridad, el texto trata, explica y analiza el origen de la “danza de las farotas”; de lo que esta conlleva tanto como patrimonio cultural para la región como para Colombia; y, en especial, la aproximación e importancia que el artista le dio desde la concepción más temprana de la pieza.
El texto —escrito en primera persona a manera anecdótica de relato y que da cercanía al lector sin importar su procedencia— está constituido con la misma lógica polimorfa con el que el performance del artista está compuesto. El relato gira sobre varios asuntos: el origen del interés a temprana edad por la “danza de las farotas”; el reconocimiento de varias razas en un mestizaje generador de costumbres diversas; y la fuerte afirmación de Suárez como caribeño. Todo ello produce una polifonía de voces que defienden la construcción anecdótica del texto, pues esta extraña certeza de ser “unidad y colectivo”, al mismo tiempo, pone en evidencia nuestra sociedad como mezcla incierta. Lo hace al igual que un relato familiar que apela a la conformación de un mito fundacional apuntando a la conformación de una cultural disímil proveniente de la mezcla entre esclavos, españoles, nativos e inmigrantes. Suárez, en su relato, reconoce la importancia de todas las partes en la mezcla, sin dar prioridad a ninguna; esto le permite afirmarse como uno y otro a la vez. En otras palabras, lo implanta como yo y como obra, como una construcción permanente de pedazos provenientes de distintas procedencias, como travesti indígena que conscientemente busca en su identidad española venganza a su muerte nativa.
Alfonso Suárez Ciodaro (nac. 1952) es unartista colombiano ganador del XXV Salón Nacional de Artistas (1994) y de las VII y VIII versiones del Salón Regional de Artistas Zona Norte con las obras Visitas y apariciones, 100% frágil y El Ribereño, respectivamente. Actualmente se desempeña como docente de la Escuela de Bellas Artes de Barranquilla, ciudad donde vive y trabaja.