El viaje a Europa era el sueño dorado de los artistas antioqueños (el área en torno a Medellín), en especial desde que Francisco Antonio Cano (1865?1935) había conseguido realizarlo entre 1898 y 1901, gracias a una ayuda del gobierno nacional y a los fondos recaudados en un evento cultural realizado en Medellín.
Se conocen pocos documentos manuscritos de los artistas antioqueños de la primera mitad del siglo XX. Este permite apreciar el interés documental de las cartas que el pintor Eladio Vélez (1897?1967) dirigió a familiares y colegas, posteriormente publicadas en edición facsimilar. En un tono íntimo y coloquial, nos permiten seguir las dificultades, temores e incertidumbres de un pintor marginal, proveniente de América Latina y confrontándose con la cultura europea, la gran idealización en años de juventud. Desde los problemas por la pérdida del equipaje, hasta la reiterada pobreza y la esperanza en una ayuda oficial que no llegará nunca, la narrativa de estos manuscritos es reveladora de la psicología del artista del mundo periférico que descubre (decepcionado), que su sueño juvenil “encadenado al arte”, es pagado con el alto costo de la soledad, la pobreza y la incertidumbre por el futuro. Achaques compensados, apenas, con algunos reconocimientos como, en su caso, el ser aceptado con un autorretrato y una escultura en bronce en el Salón de la Société des Artistes Françaises en 1930.