El libro Testigo ocular. La fotografía en Antioquia, 1848-1950 de Santiago Londoño Vélez (nac. 1955), que incluye el capítulo “Foto Rodríguez”, es un documento excepcional para profundizar en el estudio del desarrollo de la práctica fotográfica en Colombia. Londoño concreta un proyecto iniciado hace dos décadas, participando en la preparación de dos exposiciones fotográficas realizadas en Medellín (en 1988 y 1993). Contó con una exploración realizada en la University of Texas at Austin y en el Agfa Photo-Historama (del Museum Ludwig de Colonia, Alemania). Londoño ya había publicado en 1996, en la Revista Credencial Historia,un adelanto de su proyecto a través del texto “Pioneros de la fotografía en Antioquia”. El autor ha estudiado, además, diversos fenómenos artísticos y prácticas culturales de esta región, en especial, y en el resto del país.
El libro de Londoño debe situarse en el contexto de desarrollo de los proyectos de archivos fotográficos de Medellín; los cuales comenzaron, en 1981, con la exposición 100 años de la fotografía en Antioquia y la posterior creación, con la Fundación Antioqueña para los Estudios Sociales (FAES), del Centro de Memoria Visual de Medellín. Posteriormente, derivaron en la construcción del archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto, uno de los más grandes e importantes de América Latina. Sin duda, el libro de Londoño hace un uso serio y creativo de la documentación que este enclave cultural e institucional ha logrado conservar en las últimas tres décadas. Logra articular una historia muy localizada, plagada de nombres propios y de detalles cotidianos, de la práctica fotográfica en la región de Antioquia. Se vale de elementos de análisis (de mucha importancia conceptual) que permiten comprender fenómenos tales como la mirada fotográfica moderna, las relaciones entre la economía, la técnica y la estética, la influencia de los contextos socioculturales, y la propia idea de la fotografía como testigo ocular de una serie de fenómenos sociales de trascendencia.
Es preciso señalar, para el caso del capítulo reseñado, que la obra de Melitón Rodríguez (1875?1942) ocupa un lugar destacado en la fotografía latinoamericana. La obra fotográfica de Rodríguez se sitúa dentro de un canon, desarrollado por los norteamericanos a principios del siglo XX, que realiza una síntesis estética única entre la fotografía directa y la fotografía pictorialista. Rodríguez era consciente de su propia búsqueda, debido a la influencia de la pintura en su hacer fotográfico, de la belleza y del sentido artístico involucrado. El trabajo de Rodríguez se extendió por varios géneros como el retrato, la fotografía documental y una experimentación artística que incluyó imágenes alegóricas.