El documento es importante pues crítica, de manera sencilla, puntual y burlona, la problemática de enfoque y recepción del arte contemporáneo ante el público (no especializado); develando humorísticamente las estructuras que convieten a las exposiciones de arte en instancias de show, en evento político y en espacio de legitimación para artistas, críticos y curadores. Lucas Ospina (n. 1971) consigue distanciar al lector de la muestra como evento, devolviendo a la experiencia contemplativa de la obra no sólo el valor de expectación de una muestra sino también señalando el ejercicio de lectura individual como parte esencial para la comprensión, descripción e interpretación de cada pieza. El texto pone en evidencia la posición critica del autor frente a las practicas que apoyan las relaciones públicas de la esfera artística nacional y ante a la falta de espacios democratizadores en el circuito del arte. Por otra parte, señala su perspectiva como artista que apunta hacia la falta de educación y lectura en torno a la imagen a la que el público no especializado se enfrenta, Ospina destaca la simplicidad en el abordaje de ciertos temas por parte de la crítica y la ausencia de la obra; la cual desaparece como elemento esencial de los eventos artísticos, en medio de tanto show.
Es destacable la forma en que Ospina, de manera breve, reconoce varias problemáticas en la recepción de las artes contemporáneas: especulando y exagerando situaciones a las que (como espectadores) somos sometidos en una exhibición; ironiza la crítica típica que señala las exposiciones como muestras “hechas porartistas y para artistas” donde se mitifica la figura del arte como esfera elitista y excluyente. Figura con la que el autor pelea, de manera burlona, tildando a los protagonistas de las muestras (artistas, críticos y espectadores) como enemigos, personajes naïf o influencias negativas para la experiencia con las obras. Cabe resaltar el papel primordial que Ospina le otorga a la experiencia contemplativa, a la descripción de las piezas, a la interpretación y al diálogo; a su juicio, son instancias que dan carácter público a las obras, situándolas más allá de la esfera del arte.
Lucas Ospina es artista plástico de la Universidad de los Andes (1995); realizó el posgrado en escultura en Temple University, en Filadelfia (2003). Fue ganador del IV Salón de Arte Joven (1994). Además, se ha desempeñado como crítico y colaborador regular del diario bogotano El Espectador. Actualmente (2009), se desempeña como docente de la Universidad de los Andes en la capital colombiana.