La importancia del texto radica en las apreciaciones personales del artista colombiano Saturnino Ramírez (1946–2002), a raíz de su primera exposición en la Galería El Callejón de Bogotá, la cual fue dedicada a las mujeres prostitutas. Esta galería había realizado muestras de reconocidos grabadores y pintores de las décadas del setenta y ochenta, en Colombia. La muestra resulta de interés, también, por ser de las primeras exposiciones individuales donde se percibe el foco del artista por el bajo mundo de la ciudad. Ramírez persistió en la figuración a lo largo de su carrera profesional, valiéndose de un lenguaje denominado por críticos de arte como “realismo”; el cual, en los años setenta y ochenta, contó con notables exponentes en las principales ciudades del país: Bogotá, Cali y Medellín.
Las prostitutas, los salones de billar, los cafetines y bares fueron escenarios urbanos que el artista llevó al dibujo, la pintura y el grabado. Por ellos, obtuvo reconocimiento en la escena artística colombiana; siendo en algunos casos fue criticado por la reiteración del tema. Ramírez estudió en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia (entre 1964 y 1970), contando con profesores de la talla de: Augusto Rendón (n. 1933), y Alfonso Quijano Acero (n. 1927), colombianos, y el italiano Umberto Giangrandi (n. 1942), artistas todos ellos que aportaron al desarrollo del grabado en Colombia.
Residente en Medellín, Ramírez se trasladó a Paris, en 1974, y allí vivió por casi dos décadas. Continuó pintando billaristas y jugadores de cartas y participó durante ese tiempo en muestras individuales y colectivas realizadas en ciudades europeas y colombianas. En varias ocasiones, el artista expuso en la Aberbach Fine Art Gallery, de Nueva York. Antes del viaje obtuvo dos becas que permitieron concretar el viaje: una por el galardón de la III Bienal de Arte de Coltejer (Medellín, 1972) representado en una beca itinerante para continuar estudios artísticos en el exterior, concedida por el Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura); y la otra, fue otorgada, en 1973, por el Instituto Colombiano para Estudios en el Exterior (ICETEX).