Este documento es un ensayo de Jacinto Quirarte donde resume los momentos clave de la historia del arte moderno mexicano y mexicoamericano de los Estados Unidos. El texto comienza con una discusión sobre la Escuela Mexicana de Pintura que detalla las principales figuras, las condiciones sociopolíticas y las evoluciones estéticas que ayudaron a su formación. Quirarte examina, a seguir, la presencia de la producción literaria y plástica mexicana en los Estados Unidos entre los años 1920–29, destacando particularmente el recibimiento de las obras de los muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. El autor también analiza la obra de otros artistas afiliados a la Escuela Mexicana, los cuales operaban desde los Estados Unidos, como es el caso de Alfredo Ramos Martínez, Leopoldo Méndez, Miguel Covarrubias y otros más. La siguiente sección del ensayo se centra en la influencia ejercida por los artistas de la Escuela Mexicana en artistas estadounidenses, tales como Jackson Pollock y Thomas Hart Benton, o bien en mexicanos residentes como Antonio García y Octavio Medellín, entre otros. Por último, el ensayo detalla la relación entre los artistas mexicanos y mexicoamericanos, amén de los modos de producción asociados al surrealismo, la abstracción y la neo-figuración, concluyendo su análisis con recientes acontecimientos de la década de setenta, tanto en el arte mexicoamericano como chicano.