El poeta, escritor y diplomático Octavio Paz (1914–1998) creció en Ciudad de México y a los diecinueve años publicó su primer libro de poemas. Posteriormente alcanzó notoriedad con la edición de Bajo tu clara sombra y otros poemas, serie de poemas donde reflexionaba sobre su estancia en España durante la Guerra Civil. Paz publicó diversos volúmenes de poesía, ensayo, crítica literaria y prosa y fue editor de varias revistas literarias. Entre sus obras poéticas publicadas figuran ¡No pasaran! (1937), Libertad bajo palabra (1949), ¿Águila o sol? (1951) y Piedra de sol (1957). Escribió también varios volúmenes de ensayo y de crítica literaria como El laberinto de la soledad (1950), El arco y la lira (1956) y Las peras del olmo (1957). El laberinto de la soledad es una colección de nueve ensayos sobre la identidad y la historia mexicana en los que Paz describía a sus habitantes como atascados entre sus identidades precolombina y española. Paz también escribió crítica de arte y poesía dedicada a los artistas Balthus, Antoni Tàpies, Joan Miró, Marcel Duchamp, Roberto Matta y Robert Rauschenberg. Paz se incorporó al servicio diplomático mexicano en 1945 hasta su dimisión en 1968 disconforme con la violenta represión gubernamental de las protestas estudiantiles. En 1990 fue galardonado con el Premio Nobel de literatura.
Este ensayo es uno de los tres escritos por Paz sobre Rufino Tamayo. Tamayo (1899–1991) fue un artista mexicano cuyo origen zapoteca suele señalarse en el análisis de su obra, aunque su inspiración también proviene del arte popular mexicano y de los movimientos europeos como el impresionismo, fovismo y cubismo. Los otros dos ensayos de Paz abordan la relación de Tamayo y sus pinturas, y de la obra de Tamayo y la pintura contemporánea. Este ensayo analiza el trabajo de Tamayo en relación a la estética y la ideología del arte precolombino. Paz niega el concepto de herencia artística y ahonda en las motivaciones reales de los artistas mexicanos en su adopción de los elementos del arte popular y precolombino.