Jorge Glusberg, escritor, editor, curador y profesor argentino, presentó este artículo en 1978 en el simposio latinoamericano Arte Argentino 78. En el artículo explica que el estudio de la semiótica ha generado en el arte una reinterpretación de la relación entre el significante y el significado, y asegura que el arte ya no es representativo o descriptivo, sino “productivo”. Glusberg resalta la naturaleza transgresiva de los trabajos que no ofrecen un significado determinado, sino que producen un análisis auto reflexivo sobre la naturaleza del arte. El autor declara que el arte argentino se distingue por la alusión a sus “condiciones de producción”, esto es, la plataforma artística desarrollada por el artista como reacción al contexto social, cultural y económico en el que trabaja y vive. Las condiciones que influyen en la obra de un artista pueden ser objetivas y externas o subjetivas e internas. Glusberg considera que el arte debe interpretarse según esas preocupaciones subjetivas e internas que, no obstante, se producen como resultado de realidades objetivas y externas. Afirma también que el arte argentino suele incorporar temas relacionados con esas “condiciones de producción” pero que, más importante si cabe, la obra representa o se convierte en un significante para el país de origen y el contexto de su producción. Glusberg sostiene que aunque el arte argentino analiza los asuntos y discursos locales, es universal en el sentido en que el lenguaje artístico empleado no es particular de Argentina, y considera además que todos los países trabajan con un repertorio de significantes limitado que funcionan de forma distinta en cada contexto local. Finalmente, Glusberg destaca la existencia de una “problemática argentina” en el arte, pero por mucho que el arte argentino constituya una única entidad, sigue formando parte de un sistema más amplio de significado.