En “Individualismo y nacionalidad”, el periodista y escritor argentino Ricardo Rojas realiza una deconstrucción de los términos “raza” y “nacionalidad”. Rojas declara que una persona puede adoptar como suya una nueva raza o nacionalidad en detrimento de la de su país original. Este concepto permite a Rojas reivindicar a los artistas exiliados en Argentina como argentinos de nacionalidad adoptada. Rojas ofrece ejemplos de los periodos colonial, revolucionario e independiente de la historia de Argentina de extranjeros procedentes de Francia, España, Austria, Alemania e Irlanda que apoyaron la causa argentina y que, por tanto, deberían considerarse argentinos. Luego, pasa a explicar que la noción sobre la adopción de la nacionalidad ha sido aplicada en Europa a artistas como El Greco, que nació en Grecia pero se considera un artista español, y a Carlos I de España y V de Alemania, emperador español de ascendencia alemana. Rojas presenta ejemplos de cómo las condiciones y prácticas culturalmente condicionadas también pueden ser adoptadas por nuevas naciones y culturas, adaptadas luego según cambien las circunstancias, y cita la helenización de la teología cristiana realizada por los europeos y la difusión del latín por Europa, lengua a partir de la cual surgieron las diversas lenguas romances. Rojas afirma que si un artista europeo puede adaptarse y adoptar la cultura latinoamericana, y un artista latinoamericano hacer lo mismo en la cultura europea, esto demuestra la existencia de una “raza del alma”, que es la raza o nacionalidad que elige el artista. Rojas anima a los artistas latinoamericanos, ya sea de nacimiento o adopción, a hallar y expresar en sus trabajos el singular carácter de Sudamérica.