El pintor y crítico de arte Felipe Santiago Gutiérrez (1824–1904) nació en el barrio de San Pablo de Texcoco. En la Academia de San Carlos de Ciudad de México estudió con Miguel Mata y Pelegrín Clavé, cuya influencia académica conservadora explica los temas bíblicos presentes en las primeras pinturas de Gutiérrez. En 1852 viajó por primera vez al interior del país, donde fue invitado a dirigir el departamento de pintura de la Escuela Nicolaíta de Morelia, Michoacán. Poco después, sin embargo, Gutiérrez decidió regresar a la Academia de San Carlos para seguir con sus estudios. Sus lienzos, tal y como se puede observar en El juramento de Bruto (1857), pasaron a representar temas abiertamente republicanos, a medida que fueron aumentando sus simpatías liberales. Tras finalizar sus estudios, Gutiérrez empezó a viajar extensamente por México, desplazándose a Colima, Guadalajara, Tepic, San Blas y Mazatlán. Posteriormente pasó un tiempo en Bogotá, Colombia, y en San Francisco, California, donde ganó prestigio como maestro pintor. Más tarde viajó a París, Madrid y Roma, donde realizó sus retratos vivos y se familiarizó con la obra de artistas como José de Ribera, Eduardo Rosales Martínez, Mariano Fortuny y Marsal y Gustave Courbet. En 1872 se trasladó a Nueva York y abrió dos estudios. Aunque gozó de gran reconocimiento internacional, fue especialmente apreciado en su patria, concediéndole el gobierno mexicano la Medalla del Mérito Artístico en 1898. Gutiérrez falleció en 1904 en San Pablo, Texcoco.