El escritor y crítico de cine Paulo Emílio Salles Gomes analiza, aquí, el estado de subdesarrollo en el que se encuentra el cine brasileño y lo que implica culturalmente dicha situación: saturada de ingredientes sociopolíticos y económicos. A su juicio, se trata de una condición endémica, o sea histórica, ya que “el cine es incapaz de encontrar (por sí mismo) aquellas energías que le permitan escapar a la condena que implica el subdesarrollo.” En comparación a otros países del Tercer Mundo —La India, es el caso— Brasil queda amputado de una cultura original ya que opera como prolongamiento de Occidente. Desde esa perspectiva, nada puede serle ajeno “ya que todo es” preestablecido. En opinión de Salles Gomes, la construcción de la identidad brasileña estaría en condiciones de desarrollarse sólo en una dialéctica que lo colocara entre “el no ser” y el “ser otro”. Eso se debe, a su juicio, a “nuestra incompetencia creativa al copiar” modelos foráneos. El crítico examina, a partir de eso, la irrupción del cine brasileño, las producciones iniciales en el país, el intento de sostener una industria cinematográfica en Brasil creadora de sus propios largomerajes, el llamado Cinema Novo de los sesenta y el cine marginal o alternativo conocido como Cinema da Boca do Lixo (en referencia al barrio de São Paulo donde se trama). Finalmente, el autor constata —bajo el clima opresivo del momento álgido de la dictadura militar a fines de los sesenta— que el malestar lo provoca la falta de comunicación interna, entre el público en general y el intelectual, amén de la tendencia a privilegiar, desde esa época, las producciones extranjeras.