No obstante que estipule el autor que no se propone un programa para la crítica e historia del arte brasileño, el ensayo del intelectual y profesor Rodrigo Naves (n. 1955) puede ser leído como una tentativa de sistematización de las lagunas receptivas en la crítica del arte brasileño, ya sea moderno o contemporáneo. Se resalta aquí la importancia que tuvo la muestra Opinião 65, en el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro, como marco de la repercusión cultural que las artes pasaron a obtener desde los años sesenta, añadiéndose una madurez innegable del medio artístico. Naves nos recuerda la importancia que tuvo la llegada al Brasil de obras de los norteamericanos Barnett Newman, Donald Judd y Frank Stella, presentes en las bienales paulistanas de los años sesenta, cuyas investigaciones experimentales de cuño minimalista ejercieron gran influencia en algunos artistas de la generación siguiente. El autor conjuga con ese proceso el surgimiento consistente de la crítica de arte en el país, en la misma época, debido a la brillante actuación de Mario Pedrosa, Ferreira Gullar y Frederico Morais, así como de la aparición de la revista Malasartes, a mediados de los setenta. Finalmente, Naves hace un análisis ponderado de la “reorientación” que sufre dicho proceso, durante la década de los ochenta, causado, sobre todo, por la “recepción multiculturalista” de las obras de Lygia Clark, Hélio Oiticica y Mira Schendel. En otras palabras, identifica una cierta teoría progresiva de las artes que queda subyacente en los análisis críticos aplicados a tales artistas y considerados, a capa y espada, como el punto de partida hacia formas de arte “superiores” a las practicadas previamente.
Historiador del arte, crítico, profesor universitario e, incluso, escritor de ficción, Rodrigo Naves ha sido el editor del suplemento Folhetim, de la Folha de São Paulo, así como de la revista Novos Estudos. En la actualidad, dirige el proyecto editorial Espaços da Arte Brasileira para la editora Cosac Naify.
El tema de la contradicción (y obviamente de la falsedad ideológica) recorre muchos años de la crítica de Rodrigo Naves frente a la historiografía del arte brasileño.