Es incuestionable que el tema del “regionalismo” fue el primero en manifestarse en el noreste del país, sobre todo como un contrapunto ostensivo a los valores “cosmopolitas” y “modernistas” desencadenados por la Semana de Arte de 1922 en São Paulo. Gilberto Freyre (1900−87) es, sin duda, el primero en erguir el estandarte de una toma de conciencia de las raíces culturales del Brasil, anteriores al gran flujo inmigratorio europeo, principalmente en el sur del país. Freyre considera todavía visibles los efectos causados por la expresión regionalista, sobre todo en revistas de la zona noreste tales como Região, Nordeste, Província, Clã y Bando. Su “Manifesto Regionalista de 1926” [véase doc. no. 1074787] procuraba articular las fuerzas político-culturales de la región del noreste brasileño, ante una eventual hegemonía perdida para el centro-sur del país tras tres siglos de predominio económico. Freyre señala que no hay en él ningún propósito separatista al seguir los designios de una nación destinada a articularse de modo interregional. Al valorarse la cocina regional y denunciar su “des-caracterización” creciente se pone el dedo en la llaga sobre el poderío de la región. Procurando destacar su cuño altamente popular, Freyre escribió incluso su aplicación práctica con un artista, también de Pernambuco, pero que hizo gran parte de su obra en Francia, en el artículo “O regional e o universal na pintura de Cícero Dias” [doc. no. 1075269].