El ensayo de Sônia Salzstein para el catálogo de la exposición de Carlos Fajardo en la galería A. S. Studio (São Paulo, 1997) hurga en la persistencia de una memoria en la pintura (medio preponderante en la producción inicial del artista) y, obviamente, en los trabajos exhibidos en esa ocasión. A su juicio, la muestra se caracterizaba por la ausencia de un estilo personal, por el carácter anónimo de su artesanía, por la inmediatez de un material amorfo o por una muy sutil “marca” del autor, quien reunía ahí una sarta de objetos aparentemente desconectados y resultantes de una hechura impersonal. De las pinturas figurativas con pequeñas dosis de humor y auto-ironía de las décadas de los sesenta y setenta, la obra de Fajardo pasaba a incorporar, desde entonces (o sea mediados de los ochenta), soportes y materiales heterogéneos (chapas de madera, hules, cubiertas de plástico, luz neón, puertas, entre muchos otros) para el desarrollo de instalaciones con muy escasos recursos formales. Era como si el artista deseara resaltar el vacío de los espacios de su entrometimiento público por medio de elementos sin una presencia física muy definida.

Este texto presenta la obra de Carlos Fajardo, ex-integrante del Grupo Rex y de la Escola Brasil, haciendo una interpretación de las reminiscencias que le deja su pintura de la época inicial frente a los elementos que ahora son impersonales, en colores y soportes industriales, aplicados en obras de gran formato y sin mucha destreza artesanal. La autora, Sônia Salzstein, pone en destaque aquí la incomunicabilidad de los objetos reunidos por Fajardo, el secreto deslizamiento de sentido de una pieza a otra y, con ello, la formación de un espacio abstracto, aquel que sólo puede ser captado por la vivencia con todos sus aspectos físicos. En esta exposición el artista ha hecho un despliegue de dibujos más una esfera de bejuco.

Sônia Salzstein, crítica de arte e investigadora, se destaca por su actuación incisiva sobre el circuito artístico y la historia del arte. Entre los años de 1989−92 tuvo a su cargo el sector de artes plásticas que alberga el Centro Cultural São Paulo, donde implementó un programa de interés volcado hacia la revelación de jóvenes artistas. Es profesora del Departamento de Artes Plásticas de la ECA-USP (Escola de Comunicações e Artes da Universidade de São Paulo). 

Sobre el mismo artista Salzstein escribió “Galeria Sérgio Milliet: Carlos Fajardo” [véase doc. no. 1111285].