En el presente ensayo, el artista y curador Lucas Bambozzi analiza los rumbos de la producción en vídeo realizada en Brasil a partir de los años ochenta. Ese período, según el autor, sería identificado como de marasmo, poco después de la promisora irrupción de video-artistas en el ámbito brasileño de finales de los setenta, pues era considerado como medio y no como lenguaje todavía para muchos de sus adeptos. Veinte años después del llamado “deslumbramiento electrónico”, el autor indaga sobre aquellas obras que consolidaron su autenticidad. Hace notar que, en el escenario internacional el vídeo, de alguna manera, reinventa el cine. A su juicio, quien mejor parece haber aprovechado la expresividad estética de su unión de soportes fue Peter Greenaway, en especial, en su cinta Prospero’s Book [“A última tempestade”, en portugués], hecha en 1991. En opinión de Bambozzi, el vídeo se coloca para la poesía del mismo modo que el cine lo hace para la literatura. Tanto la síntesis como la no linealidad del poema pueden ser transportadas con facilidad al vídeo. En los noventa, el autor traza un breve panorama de video artistas, destacando que crece más allá de los lindes del eje Río-São Paulo, descentralizándose en ciudades tales como Campinas (São Paulo), Vitória (Espírito Santo), São Luis (Maranhão) y, principalmente, en Belo Horizonte (Minas Gerais). Destaca, en ese sentido, la obra del mineiro Eder Santos, amén de Sandra Kogut operando en Río de Janeiro.