En este texto, Marcelo Santos trae a la luz las dificultades por las que pasa el arte en el estado de Pernambuco dentro del ámbito nacional, y una de las causas es el dislocamiento de los artistas de la región noreste hacia el sur del Brasil (preferentemente a São Paulo y Río de Janeiro). Dicho “éxodo torna frágil la vida artística en la capital del estado (Recife), dificultando así una fijeza de valores artísticos en el terruño”. Identifica factores importantes para que haya un florecimiento de las artes: la vocación artística del pueblo; la madurez intelectual; el culto a la tradición; el apoyo oficial, etcétera. Analiza sociológicamente el campo del arte de Pernambuco a lo largo del siglo XX de acuerdo a los aspectos mencionados. Refiere una lista de artistas importantes que operaron en su estado: J. Evan; Carlos Fredricko y João Ferreira Vilela (fotógrafos); el francés Vauthier y Luiz Nunes (arquitectos); Manoel Bandeira (poeta); y, entre los artistas plásticos menciona a Júnior, Murilo La Greca, Mário Nunes, Álvaro Amorim, Percy Lao, Lula Cardoso Ayres, Aloisio Magalhães (diseñador), Reynaldo Fonseca, Francisco Brennand, Gilvan Samico, João Câmara, Cícero Dias y Vicente do Rêgo Monteiro. A estos dos últimos, atribuye la penetración internacional (ambos en Francia) de Pernambuco en el escenario artístico y su renovación a partir de la década de 1920 hasta la de 1950.