El crítico e historiador de arte Frederico Morais traza la trayectoria del artista brasileño Abraham Palatnik, postulándolo como pionero —aún en el ámbito internacional— en amalgamar de modo creativo arte y tecnología con la realización de obras de cuño cinético. El primer “aparelho cinecromático” de Palatnik se expuso durante la Iª Bienal de São Paulo, en 1951. Quien la denominó “cinecromática” a la obra fue el crítico de arte Mário Pedrosa, autor también de la primera reseña crítica sobre la obra del artista, publicada en el diario de Río de Janeiro, Tribuna da Imprensa, ese mismo año, bajo el título de “Introito à Bienal”. El artista expone un conjunto de esos aparatos de color y movimiento en la XXXII Biennale di Venezia (1964), lo cual le brinda acceso a muestras individuales y colectivas en Alemania, Suiza, Francia, Inglaterra y los Estados Unidos. Según postula Morais, Palatnik formó parte, con algunos de los mayores nombres del cinetismo internacional, de la exposición Mouvement 2, organizada por la Galerie Denise René y presentada por el intelectual francés Jean Cassou. La muestra hacía una actualización de la propuesta cinética de varios artistas que participaron en la década anterior de Le mouvement (1955), en el mismo local. A nivel crítico, Morais trae a colación que Pierre Cabanne, Pierre Restany y Tomás Maldonado (en ese entonces el director de la Hochschule für Gestaltung en Ulm) señalan a Palatnik como el más importante precursor de una estética de luz y movimiento, lo cual se registra debidamente en el libro L’avant-garde au XXe siècle (1969) escrito, al alimón, por Cabanne y Restany.