El inicio de la carrera artística de Regina Silveira (n. 1939) como pintora, grabadora y dibujante se da en la década de los sesenta, en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul. Un viaje a Europa le despierta inquietudes por las posibilidades abiertas hacia espacios tomados por formas geométricas. Ejerciendo la docencia en Puerto Rico (1969), la artista vive la fractura de su producción entre los elementos de desarrollo artesanal y el interés por los medios modernos de reproducción técnica. La Isla del Encanto propició, también, elementos para su inmersión en el fenómeno de la llamada “desmaterialización” del objeto. De vuelta al Brasil (1973), se fija definitivamente en São Paulo. En esta década produce series notables como Destruturas Urbanas [Destructuras urbanas], Executivas [Ejecutivas] y Brazil Today donde se configuran libros, álbumes y demás, en que se refleja la cuestión ambiental, la burocracia y el poder.
La serie Simulacros es, sin duda, un desdoblamiento de la idea previa de desmaterialización (que había surgido en la Argentina desde mediados de los sesenta). Hay un texto del profesor Walter Zanini sobre “Regina Silveira e as novas poéticas” [doc. no. 1110655], donde se plantean estos “juegos-de-arte” que estimulan la participación del espectador, al mismo tiempo que la artista analiza diversos códigos del lenguaje visual, recuperando y reestructurando imágenes sacadas del consumo masivo o, en este caso, de la propia historia del arte. Cabe añadir que el título de la serie está impregnado del impacto creado en las postulaciones del arte por el teórico francés Jean Baudrillard, quien publica (en 1981) su tratado filosófico Simulacra and Simulation donde se interrogan los nexos entre realidad y símbolos en la sociedad posmoderna.
La instalación In Absentia (M.D.) se colocó a la vista del público en 1983, durante la 17ª Bienal Internacional de São Paulo. Los “objetos ausentes” citados por la artista constituyen dos obras conocidas de (M)arcel (D)uchamp: La rueda de bicicleta (1913) y El portabotellas (1914). Por medio de esta propuesta, Silveira propone su serie Simulacros, apropiándose de imágenes “ausentes” de la historia del arte; su objetivo es edificar un puente de transición entre las propuestas conceptuales de los setenta y la actitud apropiativa (y atiborrada de citaciones) inherente a la referencialidad de la década de los ochenta.