El texto, narrado por Eudoro Macieira, fue publicado en el libro Cildo Meireles de la serie Arte Brasileira Contemporânea, editada por la Funarte (Fundación Nacional de las Artes Brasileña) entre 1978 y 1983. Este texto es un resumen del largo testimonio del artista, el cual fue originalmente registrado en la investigación llevada a cabo por Antonio Manuel. Este artista, así como Artur Barrio, son los artistas allegados a Meireles que mejor ejemplifican la propuesta de “situações”. A su vez, Cildo Meireles (n. 1948) es uno de los más notables postuladores del arte conceptual brasileño, desarrollando sus propuestas ya sea con instalaciones o, propiamente, con esculturas. Además de propiciar la participación del observador, en sus piezas se trabaja ostensivamente el asunto de la contradicción y del absurdo, sin dejar nunca de dejar subyacente una crítica a los sistemas: represivos, dominantes y enajenados. La idea de “inserção” o entremetimiento crítico del artista en esos círculos viciosos vertebra series que le trajeron notoriedad pública en uno de los momentos más álgidos de la dictadura militar. Aquí, Meireles explaya sus ideas respecto al sistema artístico brasileño al inicio de la década de los setenta, cuando desarrolla dos series: Inserções em circuitos ideológicos e Inserções em circuitos antropológicos. A las nociones de “objeto de arte” y/o “público” y “propiedad” el artista contrapone las ideas de mercancía, consumidor y anonimato. Ante la tentativa de escapar a la neutralización con la que el museo y la galería sujetan el trabajo artístico, la opción encontrada por Meireles fue la de salir fuera del espacio institucional del arte. En el caso del proyecto Coca-Cola (1970), el artista usó calcomanías con eslóganes tales como “Yankees, go home” en botellas vacías de refresco para, posteriormente, reintegrarlas a la circulación con la sugerencia de que otros mensajes eran viables de ser grabados también. Por otra parte, en Cédula (1970), el artista selló billetes de un cruzeiro con la pregunta “Quem matou Herzog?”, en referencia al periodista vinculado al Partido Comunista Vladimir Herzog, “oficialmente” encontrado muerto —después del interrogatorio— en una de las dependencias de la policía política. El órgano de represión de la dictadura militar brasileña (1964−85) jamás aclaró las causas del fallecimiento, trastocando la tortura por la historia de un suicida ahorcado.