El crítico brasileño Frederico Morais teje un comentario sobre la obra pictórica de Beatriz Milhazes, quien hereda de su formación en la Escola do Parque Lage una mezcla de libertad creativa y rigor intelectual, asociándolo a una intensa investigación formal. El Pop art sería una de las fuentes de inspiración de su trabajo donde se asume la disposición de enfrentar la pintura como un “hecho decorativo”. Dicha determinación la conduciría en su obra a vertientes populares en la cultura brasileña. Morais subraya como cualidades inherentes a su propuesta un vigor y una estructuración sólida en la composición, aunada a una artesanía plenamente realizada. El crítico menciona su “voluntad constructiva” donde se unen la imagen figurativa y la abstracción geométrica, con la opción de adoptar una pintura “chata”, sin relieve, y ausente de cualquier simbolismo o psicología. A juicio del autor, la ornamentación atiborrada de arabescos, volutas y demás floreos, se encamina hacia el establecimiento de patrones o estampas, los cuales, al mismo tiempo, promueven la materialidad del soporte y el desmantelamiento de la imagen. Tal vez con exageración, se hace notar al lector que la visión decorativa de la artista tiene un trasfondo en el barroco de Minas Gerais así como en la pintura de Alberto da Veiga Guignard; o lo que es más, hace notar que Milhazes persigue el detalle detestable y arcaico de la pintura culta.

Frederico Morais (n. 1936) es una de las personalidades marcantes de la crítica de arte en el Brasil. Como periodista fue crítico de arte durante años, tanto en el Diário de Notícias como en O Globo, ambas en Río de Janeiro. Fue uno de los críticos “comprometidos” más actuantes en las décadas de los sesenta y setenta, habiendo apoyado diversos movimientos de vanguardia de aquella época, además de fungir como curador. En un texto anterior de gran divulgación —“A vocação construtiva da arte latino-americana” [doc. no. 808244]—, el autor establece una revisión histórica del arte, partiendo de una perspectiva de cuño continental, sintetizando algunas de las reflexiones que más mella han hecho en torno al arte constructivo de América Latina. En el presente documento, el crítico menciona su “voluntad constructiva” en la obra de Milhazes donde, a su juicio, se unen la imagen figurativa y la abstracción geométrica. Beatriz Milhazes (n. 1960) irrumpe en la escena artística de Río de Janeiro por medio de la muestra Como vai você, Geração 80 [¿Cómo te va, Generación 80?], que tuvo lugar en la Escola de Artes Visuais do parque Lage, en 1984; la exposición aglutinó todo tipo de tendencias de los artistas de ese momento, en su mayoría adeptos de la tendencia conocida como “vuelta a la pintura”. En esa década de los ochenta, Morais se regodea en poéticas que involucran lo artesanal y lo popular, identificándolas como constantes de una estética contemporánea. En este texto, da énfasis a la mezcolanza de referentes populares y eruditos que hace Milhazes, dejando claro que, en ella, el “factor decorativo” implica un valor menospreciado en la tradición culta y que es deber de su generación el recuperarlo.