El reportaje hace una encuesta con motivo de la exhibición Depoimento de uma geração [Testimonio de una generación], bajo curaduría del crítico Frederico Morais. Fue realizada en la Galería de Arte Banerj (1986), y el propósito era levantar una visión, entre los artistas operantes en Río de Janeiro, sobre el estado del arte en el país tras haber sido decretado en diciembre de 1968 el AI-5, Acto Institucional número 5, con el cual la dictadura militar (1964–85) decretaba la anulación de todas las garantías individuales estipuladas por la Constitución brasileña. Los entrevistados son: Wanda Pimentel, Ascânio Maria Martins Monteiro [Ascânio MMM], Cildo Meireles, Teresa Simões, Luiz Alphonsus de Guimarães, Antonio Manuel, Guilherme Vaz y Umberto Costa Barros, además del propio Morais, quienes responden a las siguientes preguntas: ¿Salió de moda el radicalismo? ¿Dónde quedó aquella rebeldía [de 1968]? ¿Dónde anda la vanguardia? ¿Qué pasó con la utopía? El texto que antecede a los testimonios, redactado conjuntamente por los periodistas Reynaldo Roels y Joaquim dos Santos, describe como una “especie de arte armado” lo producido por estos artistas entre 1969 y 1970. En opinión de los periodistas, en aquel momento surgía, en el país, el arte conceptual el cual privilegia tanto el acto como la idea del hacer y de sus procedimientos, más allá de “la obra” misma. La radicalidad de dicha generación (al inicio de la década de los setenta) estaba de pleno acuerdo con los periodistas, tanto en lo que respecta a trabajos “presos aún a la forma” (dedicados a la pintura, escultura y dibujo) como a aquellos otros “muy poco artísticos” (véase acciones o performances). El objetivo de los reporteros era saber si dichas manifestaciones respondían a una circunstancia específica o, si bien, algo de ellas reverberaba aún en “la conciencia artística y política” del Brasil, a mediados de la década de los ochenta, cuando se vislumbraba ya el derrumbe dictatorial.